Lior Zisman Zalis: Estoy terminando el Programa de Estudios Independientes en el MACBA con un proyecto sobre la genealogia de la palabra fetichismo. En este proyecto estoy haciendo un archivo mobil de como esta palabra puede ser pensada como archivo colonial. En ella se pueden verificar otras epistemologias, otros modos de pensar, sentir y hacer. Al mismo timepo hacer un recorrido por practicas que relacionan la politica, la resistencia y la insurgencia con la espiritualidad en Brasil, Caribe y Costa Oeste de África, pensando en practicas politicas mágicas, rituales y manejo de otras fuerzas. Soy brasileiro y trabajo desde 2012 con el tema de la memória y la materialidad, desde proyectos junto a la comission de la verdad en Rio de Janeiro, comission de derechos humanos del legislativo en Rio de Janeiro y haciendo relatorios sobre temas en derechos humanos y políticas publicas de memória.
Palabras-deseo-fetiches en este momento de mi vida: practicas decoloniales, revoluciones atlanticas, practicas mágicas, repressiónes historicas a practicas de hechizeria, religiones de matizes africanas en Latino-america y Caribe, revoluciones sin Marx y no ilustradas, archivo, objetos, viejos materialismos, memória, colonización, construccion de artefatos mágicos y mapeo de ritualidades, y un ancho etcetera...
Clara Piazuelo:
Me interesa investigar otras cosmologías, otras formas de estar/ser en el mundo. El paradigma mecanicista, la razón científica, el binarismo ontológico y el antropocentrismo occidental nos ha llevado a una violenta desconexión con el planeta y entre nosotros que trae consecuencias dramáticas. Es obvio que necesitamos nuevas estructuras conceptuales. Nuevas cosmologías. Pero ¿cómo lo hacemos? ¿cómo imaginar formas de habitar y relacionarnos radicalmente diferentes? Para pensar en todo esto estoy leyendo sobre ecosofía, nuevas teorías sobre la mente y el universo, posthumaniso, antiespecismo transectorial, etología, comunicación interespecie. En concerto:
Staying with the Trouble: Making Kin in the Chthulucene. Donna Haraway
Lo posthumano. Rosi Braidotti.
Caliban y la bruja. Silvia Federicci
La mente participativa. Henryk Skolimowski
Biocentrismo. Robert Lanza.
Política sexual de la carne. Carol J. Adams.
Hacia mundos más animales. Una crítica al binarismo ontológico. Laura Fernández.
Horses in company. Lucy Rees
Reflejos del Edén. Mis años con los orangutanes de Borneo. Biruté M.F. Galdikas
BIOMAGIA
Cuando tenía 6 o 7 años fui a Francia con mis padres. Atravesamos la frontera, paramos en un área de servicio, compramos quesos franceses y luego regresamos a Zaragoza. Recuerdo aquél día como un acontecimiento excepcional, era la primera vez que salía de España. Los ojos muy abiertos, la atención en los detalles, el asombro. De pronto, todo se apareció en una luz más clara. Una cualidad inexplicable en la textura de las cosas las hacía especiales, más vibrantes. El aire parecía más puro, el pavimento de la autopista más nuevo, los abetos más altos y majestuosos. El césped del área de servicio estaba mejor cuidado, más verde y abundante. Los lavabos tenían las puertas de madera barnizada, olían a caramelo de limón. Francia era increíble. Al volver a Zaragoza se rompió el hechizo, pero inventé un juego que se llamaba “mirar como en Francia” se trataba de activar un modo de ver que cambiaba la percepción de las cosas. MAGIA. Practicaba cuando caminaba por la calle, acompañando a mi madre al supermercado, un trayecto tan familiar que podría haber hecho con los ojos cerrados. Para “mirar como en Francia” tenía que concentrarme y olvidar todo lo que sabía, olvidar que estaba en mi barrio, que caminaba de la mano de mi madre, olvidar incluso mi nombre. Entonces sucedía la magia. La calle se convertía en algo nuevo, vivo, una dimensión extraordinaria se desplegaba en la superficie de los edificios y ya nada era familiar, todo era nuevo, extraño, luminoso. Resplandecía con una belleza que llegaba al alma. A veces me mareaba, la magia no duraba mucho, a los pocos segundos el hechizo se rompía y entonces la ciudad volvía a ser la de siempre, gris y aburrida.
Pau Cata
Desarrollar las relaciones ambiguas que existen entre el conocimiento y el amor es el proceso en el que aplico mi práctica artística, curatorial y de investigación. Buscando la interacción con lo cotidiano, estoy interesado en la epistemología y lo amateur: que es conocer y cómo creamos epistemes propios desde lo quotidiano?. Debido a una tendencia a la hipermovilidad y a hacer de abogado del diablo, a menudo caigo en la dislocación, una condición que intento entender a partir de ensayos visuales y prosa creativa.
Poder compartir y trabajar con otros es un componente importante en mi práctica curatorial. Trabajar en colaboración ha sido el objetivo de la fundación en 2009 de CeRCCa_Center de Recerca i Creació Casamarles, un espacio que ha albergado a más de 100 artistas, pensadores y activistas que tejen una red de fructíferas complicidades. Proyectos como el NACMM_North Africa Cultural Mobility Map, Kibrit y Platform Harakat son ejemplos de del interés del CeRCCa en crear espacios desde donde repensar las resonancias epistemológicas entre las dos orillas del Mediterráneo.
A diferencia de los discursos actuales, la academia ha facilitado la experimentación y el compromiso social en mi trabajo. Combinado con una disposición persistente en poner a prueba lo aprendido en lo más inmediato, el marco institucional académico ha sido fundamental para desafiar y reflexionar sobre mi práctica que abarca el activismo creativo, textos académicos y conversaciones críticas. Como parte de mi doctorado en Investigación Artística en la Universidad de Edimburgo estoy desarrollando un proyecto de investigación teórico-práctica focalizada en el viaje, tanto físico como metafórico, y sus tradiciones en las culturas árabes.
Palabras claves: epistemología, metodocentrismo, arqueología de la globalización, deslocalización, memoria, traducción, desierto.
BIOMAGIA
Encuentro la magia en el no ritual. Lo cotidiano, lo inesperado, lo desprogramado, lo improductivo. Mi primer recuerdo mágico fue el sentir el calor intenso de las baldosas en mi piel un dia de agosto, tumbado en el patio de mi casa o el intentar comprender el profundo silencio durante la siesta, cuando todos duermen, escondido en algún rincón, o sentir el viento fresco al acelerar con mi bici persiguiendo el primer dia de primavera, debía tener unos 10 años.
Después otras magias aparecieron, sobretodo en forma de mujer: Marta, Pamela, Lily, Zoe, Lia, Sumci … ellas me hablaron de los otros saberes: los chakras, los angeles, los esportius, eleusis, el ángel caído, el viaje esotérico. De entre ellos es el lenguaje simbólico y el diálogo conceptual propuesto por el tarot donde me siento acogido.
La noche, la lluvia, el cuervo y la vela acompañados de psicotrópicos me acercaron a la magia en Londres. Un proceso de introspección creativa y destructiva de autoafirmación egocéntrica.
Pero fue otra vez en lo desritualizado, lo que ya existe sin ser convocado y que para distraidos como yo aparece gracias al silencio y los espacios y momentos aparentemente vacíos donde encontré la magia más pura, liberada de artificios. El desierto: Tissardmine, Siwa, M’Hamid.
Belén Soto:
Me gustaría explorar los temas e ideas de los que partimos en la primera reunión -ciencias y magias, prácticas decoloniales, formas de ser/estar posthumanas, postantropocentristas... Son temas sobre los que últimamente estoy investigando a través de lecturas y otros discursos verbales pero con los que me he iniciado y vinculado casi fundamentalmente a través de la práctica más experiencial, carnal, incluso íntima. Me interesa, especialmente, abrir lo que hasta ahora ha sido un proceso más personal para experimentar a través de la práctica otras maneras de investigar en grupo las preguntas que compartimos.
BIOMAGIA
Mi biografía mágica empieza por los primeros recuerdos en los que podía identificar algo como mágico. En algún momento, alguien o algo me hizo diferenciar lo que era mágico de lo que no, y todo lo que puedo recordar es que, para mí, lo mágico era lo que se salía de las leyes de la ciencia o de la lógica, aunque, entonces, las palabras que utilizaría serían más bien “lo que no puede ser, lo que no es normal, lo que no se puede explicar”. Así, entiendo que, hasta ese momento, o todo me parecía tan mágico como posible, o no había integrado las bases de la razón cartesiana que me permitían establecer esta diferenciación.
Mis primeros recuerdos mágicos están relacionados con la familia de mi padre, que en mi genealogía es la familia de la contención, la corrección, el orden -y que es la que más magia, fenómenos oscuros y dualidades esconde detrás de esta performatividad. Recuerdo, siendo muy pequeña, preguntarle a mi tía más joven mientras dormíamos en su cama: «A ver, lo de las cigüeñas no puede ser porque yo todavía no he visto a ninguna con un paquete pero sí nacen un montón de bebés. Dime la verdad, ¿cómo se hace para tener un bebé?» Aquí me imagino a mi tía tragando saliva, con los ojos pegados del sueño, inventando rápidamente: «Pues Belén, eso es la magia de Dios. Cuando el señor sabe que dos personas se quieren de verdad y tienen muchas ganas de tenerlo después de casarse, se lo piden y si el señor lo ve bien, les embaraza.» Recuerdo, entonces, quedarme dormida admirando la inexplicable magia de Dios.
La casa de mis abuelxs, donde mi tía aún vivía, tenía un espacio que siempre sentí sobrenatural, terrorífico y sacro: el dormitorio de mis abuelxs. Mi abuela es muy religiosa y siempre ha encontrado en la pasión de Cristo un impulso fundamental para su fe. En numerosos arrebatos por materializar en la decoración sus firmes convicciones católicas, había abarrotado la habitación de pósters A2 con retratos de Cristo gimiendo en la cruz, de óleos de su rostro moribundo, de rosarios, de crucifijos, de velas y estampitas. Lo que yo sentía cuando entraba ahí y le veía rezando, arodillada, a los pies de la cama, era miedo. Ese imaginario era lo más parecido al infierno que podía pensar, y mi abuela me contaba que rezaba, día tras día, para alejarnos a mí y a toda la familia de esos horribles sufrimientos que la vida terrenal no era capaz de entender -y que, sin embargo, podían llegar. Tal espanto y oscuridad me transfería que, cuando dormía en el cuarto de invitados, no podía parar de llorar hasta que mi abuelo no descolgaba el crucifijo que estaba sobre el cabecero de la cama y lo escondía en un mueble de otra habitación.
Con seis o siete años hicimos una peregrinación a Lourdes. Fue el viaje más largo que había hecho nunca en coche. Recuerdo mirar desde la ventana a las vacas de los pirineos, entre la niebla, mientras mi madre nos leía distintos textos sobre el milagro de Santa Bernardita, la historia del santuario y las sanaciones que el agua de la ermita lograba. En ese viaje me dediqué a preguntar y descubrir muchos otros episodios de milagros y apariciones, que para mí se convirtieron, entonces, en otro tipo de acontecimientos místicos, tenebrosos, contradictorios: se suponían una muestra de la gracia divina pero se entrecruzaban profundamente con situaciones de dolor, de sufrimiento, de enfermedad, de profecías temibles o finales dramáticos para quien los protagonizaban. No quería tener nada que ver con esas situaciones en mi vida, quería alejarme de ellas. De alguna manera, estas ideas me fueron conduciendo a un pánico bastante incontrolable a toda la simbología cristiana, a la proyección de mi propia muerte y a la autoridad sobrenatural de Dios...
[Escribí demasiado, lo dejo aquí. En resumen, crecí en un ambiente que denostaba todo tipo de poder sobrenatural o fuera de las lógicas de la ciencia que no fuera el de Dios, y éste siempre relacionado con el miedo. Con el tiempo fui transitando al ateismo y descubriendo otras formas de magia.]
Constanza Mendoza
Me encanta que Clara haya compartido sus lecturas. Creo que es un forma concreta de abrir líneas de pensamiento en la que anda cada uno. Así que la copio en la acción y coincido en varias de ellas que no repito:
Sobre prácticas mágicas y ...
- homo ludens. Johan Huizinga
-Pataphysics. A useless Guide. Andrew Hugill
Sobre trans-especies y ...
-Primate Visions. Donna Haraway
-Woman, Nature and Psyche. Patricia Jagentowicz Mills
-The Three Ecologies, Felix Guattari y Guattari en general ;-)
Sobre filosofia y ...
- Spinoza: Filosofía Práctica. Gilles Deleuze
- General Intellects. McKenzie Wark
Aquí también os comparto el material que revisamos en el taller Indisciplinas Creativas:
https://drive.google.com/drive/folders/1Sp5KCAb3Q4dq9ilXCZi7l_lUFzPxK9H_
Sobre la expo en Berlin que comenté:
NEOLITHIC CHILDHOOD. ART IN A FALSE PRESENT c. 1930
https://www.hkw.de/en/programm/projekte/2018/neolithische_kindheit/neolithische_kindheit_start.php
aquí los audios de las charlas. Especialmente os recomiendo esta con Kerstin Stakemeier, James Clifford, Susanne Leeb. Sobre todo James Clifford!
https://voicerepublic.com/talks/neolithic-childhood-art-in-a-false-present-c-1930-conference-part-5
El manual de la expo:
https://www.hkw.de/media/en/texte/pdf/2018_1/programm_2018/neolithische_kindheit_manual.pdf
Sin querer apabullar pero creo que puede interesar a muchos: Hubert Fichte: Love and Ethnology
http://www.projectfichte.org/
BIOMAGIA Connie
En retrospectiva veo toda mi vida orientada de forma mágica, para bien y para mal. Emepezando porque nací en el desierto en una ciudad que ya no existe con nombre de conjuro: Chuquicamata. Era una ciudad minera donde se sigue extrayendo cobre, oro y diamantes entre otros minerales. Es lamina a cielo abierto más grande del mundo. Desde la Estación Internacional la imagen de ese surco es un clítoris. El clítoris del hemisferio sur. El cobre ha resultado marcar mi carácter hasta el punto que me considero una reconectora o transfmisora de corriente. Esta certidumbre surgió porque el 2010 empecé sin saberlo a conjurar un oráculo a partir de mi biografía. Tardé 3 años en darme cuenta que había hecho un oráculo. A partir de ese momento me autoanalicé una depresión que había durado 10 años y empecé a vivir de nuevo con otro tipo de conocimiento.
Mafe Moscoso:
Me interesa explorar los lenguajes poéticos y científicos con el fin de dinamitar su separación. Me gusta la pidea de poner en juego la etnografía, la poesía y el arte con el fin de construir nuevos lenguajes. Me pregunto, también, cómo podríamos observar animales, plantas, montañas, animales humanos y no humanos, utilizando metodologías inusuales. Esto se cruza con preguntas sobre lo decolonial, el perspectivismo y ciencia/magia/espíritu! Sueño con un taller de investigacíón con una cocina para preparar sopas, un jardin para sembrar, un horno para trabajar con arciila y una mesa grande de experimentaciones varias!!!
***** gracias por el material que compartís. ¿podríamos irlo alojandolo en algún lugar?
María Iñigo
El libro sobre las emociones y la razón que revisa a Spinoza de Antonio Damasio
https://www.casadellibro.com/libro-en-busca-de-spinoza-neurobiologia-de-la-emocion-y-de-los-sentimi-entos/9788484326762/1048553
De revisiones, recomiendo el texto de Vanessa Watts y la entrevista a Aura Cumes
http://www.re-visiones.net/index.php/RE-VISIONES
BIO MAGIA:
Hubo una época cuando era pequeña que esperaba y esperaba el momento que e ser revelaran mis poderes, pasaba ratos mirando objetos y tratabdo de moverlos. A veces creía ver que se había movido, que las ruedas de los coches se había elevado unos milímetros, miraba las sombras esperando que algo extraordinadio ocurriese y poder presenciarlo, saber algo que me ayudase a enteder la existencia. A a espera de la manifestación de la magia comencé a mirar los objetos, los colores, y las formas de otra manera, la produndidad del espacio, el horizonte, la luz. La magia era una puerta de salida para escapar. La unica magia que conseguia realizar (y todavía realizo) es conseguir encontrarme de forma causal con personas con las que quiero serolver algo y no encontrarme nunca con quienes no quiero resolver nada.. aunque vivan por 6 años en la puerta de enfrente a la mía.
Bio Magia Laura
Para mí la magia es el bosque y el bosque es todo lo que escapa a lo humano. Todo aquello que creemos poseer pero que escapa entre nuestros dedos, como cuando buceas y el agua se escabulle entre las manos. Aquello que escapa a cualquier posibibilidad de retención y posesión, pero sobretodo, aquello que escapa a la lógica que estructura unos sistemas de comprensión específicamente humanos. De pequeña iba a menudo con mi padre al bosque. A veces, dependiendo de la estación y del contexto, recogíamos madroños silvestres, piñones, setas o espárragos, bueno y en el caso afortunado que el bosque contara con un río, cogíamos berros. Para mí el bosque siempre ha sido un lugar mágico, un lugar al que escapaba y se me escapaba. Un lugar donde la hostilidad de mi entorno se disolvía. Donde las convenciones sociales que tanto he detestado desde una edad temprana, no operaban. De hecho, mi escuela, que era un proyecto precioso de pedagogías libres, también estaba al lado de un micro-bosque (urbano). A lado de uno de esos espacios dolorosamente pequeños que hemos dejado en entornos de explotación como son las ciudades, pero que a pesar de ello, e incluso teniendo presente las problemáticas inherentes al mismo, nuestras profesoras nos explicaban su potencia subversiva a través de cuentos. El bosque era aquello que en mi pequeña cosmología escapaba a la autoridad, era como el nombre de mi cole Tramuntana, un viento revoltoso como el espíritu de l_s niñ_s. El bosque es donde una máxima humana no opera: el tiempo, o mejor dicho, ciertas temporalidades. En mis paseos por el bosque, con mi libro de "Naturaleza amiga" bajo el brazo, siempre dedicaba un tiempo a sentarme y escuchar. Me gustaba callarme y estar en silencio, de ese modo pensaba que podría conectar con lo que sucedía y que, a lo mejor algún día, el bosque me permitiría ser complice de esos procesos, ya que estaba convencida que todas las entidades que conforman el bosque(s) podían sentir mi tristeza por como nos comportábam
os con eso que llamamos "Naturaleza". A veces me giraba muy rápido en la tentativa de pillar por sorpresa al bosque en esos movimientos mágicos prohibidos al humano, aunque nunca conseguí desvelarlos, pues el bosque escapa.
Sigo callándome en el bosque. Entiendo silencio y escucha como requisitos fundamentales para lo mágico, eso que escapa a la palabra, al logocentrismo, a todo lo que me ha aterrado y me aterra de ser humana, a todo lo que ha pretendido desconectar mi vida de la vida. El bosque es la magia de la ausencia de camino. El bosque es lo que hemos olvidado.